El Mulsum era un vino con miel muy popular entre los romanos de clase alta. Era más ligero que el vino y más fácil de beber. Muy apreciado como aperitivo.
La receta para la preparación del vino de miel romano es sencilla y rápida. Sólo es necesario disponer de tres ingredientes:
- Una botella de 75 cl. de vino tinto de buena calidad
- 130 gramos de miel, la más adecuada es la de tomillo, pero se puede utilizar cualquier tipo de miel.
- Una cucharadita de pimienta negra molida
Para elaborarlo necesitamos un recipiente donde verter el vino. El vino lo vertemos a temperatura ambiente, y le añadimos la miel. Luego, removemos la mezcla con una batidora y le añadimos la pimienta molida. Una vez que está todo mezclado lo vertemos en botellas de vidrio y lo dejamos reposar en la nevera durante algunas horas.
Si el Mulsum se prepara el día anterior, aumentará su contenido de alcohol debido a la presencia de miel. Al estar compuesta principalmente por azúcares, la miel no sólo endulza el vino, puede aumentar la presencia de etanol.
La cantidad de miel es indicativa porque hay muchos factores a tener en cuenta cuando se quiere hacer un vino de miel romano. El primero de todos es, sin duda, el tipo de resultado que se desea obtener y en esto también influye el sabor de la bebida alcohólica utilizada. En la mayoría de los casos se suele preferir un vino seco y no dulce por la adición de miel.
Debe servirse frío, y es aconsejable mezclarlo con una cuchara antes de verterlo en la copa. Así evitamos que la pimienta se quede en el fondo del recipiente y no llegue a la copa.
Otra forma de degustarlo es dejarlo reposar durante al menos un mes antes de consumirlo, y filtrarlo antes de servirlo